viernes, 25 de octubre de 2013

XXII ENCUENTRO PRÁCTICO DE PROFESORES ELE DE BARCELONA

                                                       
         


Información completa en:

XXII ENCUENTRO PRÁCTICO DE PROFESORES ELE DE BARCELONA

El papel del cerebro en el aprendizaje de lenguas

francisco morterue

                           

Doctor en Medicina por la Universidad de Granada y Doctor en Neurociencia por la Universidad de Oxford

"[...] Enseñar con la emoción en la mano. Hay que comenzar y mantener una clase con el atractivo emocional constante. Hay que comenzar la clase despertando la curiosidad del alumno. Y esto se logra con palabras, con una imagen o con un sonido. Lo curioso llama siempre a las puertas de la atención. Cuando un niño curiosea lo que hay en una habitación a través de la cerradura de la puerta y ve algo que sobresale del entorno, que es diferente a lo rutinario y a lo aburrido, le presta especial atención. Y es esa atención la que a su vez abre las puertas del conocimiento. De eso, en el cerebro, sabemos ya bastante. Y es de eso, justamente, de lo que hay que sacar ventaja para enseñar y aprender mejor."

"[...] la emoción embebe toda información sensorial que entra al cerebro antes de que esta misma información pase a las áreas de asociación de la corteza cerebral, que es donde se elaboran los preceptos, los conceptos, las ideas y, con ellos, el pensamiento. No hay razón sin emoción. No hay pensamiento sin un contenido emocional que lo sostenga. Cuando cada uno, individualmente, pensamos en un caballo, ese caballo no es aséptico y sin significado emocional alguno, antes al contrario, ese caballo en el que pensamos está ya impregnado de un colorido emocional, de bueno o malo, representando recompensa o castigo, placer o dolor."
Lee la entrevista completa en: El papel del cerebro en el aprendizaje de lenguas

viernes, 22 de febrero de 2013

Los nadie (Eduardo Galeano)


Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pié derecho, o empiecen el año cambiando de escoba. 

Los nadies: los hijos de los nadies, los dueños de nada.

Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.



lunes, 21 de enero de 2013

Hay que hablar bien, por Eva Hache


Mando un saludo a los políticos que pusieron de moda el «Yo pienso de que...»


Me molesta mucho que se hable mal. Me llega a irritar. No porque sea filóloga, no va con el título. De hecho, conocí a uno que alardeaba de que no por ser filólogo tendría que gustarle leer. No. Cierto. Pero es como si a un mercero le diera alergia la pasamanería. Una vergüenza. La lengua la hacemos entre todos, pero los que hablan para otros se lo deben trabajar. Más. Mucho más.
Por eso mando un saludo cordial a los políticos que pusieron de moda el «Yo pienso de que...». Un besito muy fuerte para los presentadores de televisión que empiezan todas las frases con la bellísima expresión «Bueno, pues...». Últimamente hay que aplaudir de pie a incorporaciones como: «Detrás tuya», «delante mío», «alante vuestra» o «atrás nuestro». Expresiones del demonio en las que la norma inventada por la Real Academia del Catetismo recomienda que se efectúen cambios según el hablante sea del género masculino, género femenino o género bobo.

Ya. Ya. Soy consciente de que muchos estarán sangrando por los lagrimales. A otros se les habrá desprendido la retina. No se preocupen. Hay estupendos profesionales que podrán poner remedio a sus males por un precio escandaloso contando con los años que llevan ustedes cotizando a la ¿Seguridad? Social. Estábamos acostumbrados a que se nos acoplaran los oídos, pero verlo escrito es otro cantar.
Ese es el problema. Que aquí siempre se ha hablado mucho, bien y mal, sabiendo y sin saber. Y nos hemos hecho a escuchar casi cualquier barbaridad casi sin pestañear. Pero, de un tiempo a esta parte (y gracias a las telarañas sociales y al poco dinero que la gente tiene para gastar en los bares), también se escribe mucho. Pero mucho. Bien y mal. Sabiendo y sin saber. [...]
(http://smoda.elpais.com/articulos/hay-que-hablar-bien-por-eva-hache/2934)

El profesor, promotor de creatividad



El que no inventa, no vive.
Ana María Matute.

La creatividad se aprende igual que se aprende a leer.
Ken Robinson

Uno de los avances significativos en la comprensión del uso del cerebro y de la forma en que se estructura y se almacena la información llegó a la educación a través de la teoría de la dualidad hemisférica o de especialización hemisférica. Sperry  y sus colaboradores (1970) demostraron que los dos hemisferios cerebrales difieren significativamente en su funcionamiento, y confirmaron que cada uno de ellos controla diferentes «modos» del pensamiento. Así, cada individuo privilegia un modo sobre el otro.

De una parte, el cerebro izquierdo es lógico, secuencial, racional, analítico, lingüístico, objetivo, coherente y detalla las partes que conforman un todo. De igual manera, como afirma Linda Verlee Williams (1986), este hemisferio es un procesador algorítmico que maneja información detallada, exacta y puntual, lo cual permite realizar análisis, aplicaciones y cálculos matemáticos entre otras acciones. De la otra, el cerebro derecho es memorístico, espacial, sensorial, intuitivo, holístico, sintético, subjetivo y detalla el todo. Por lo tanto, potencia la estética, los sentimientos, y es fuente primaria de la percepción creativa. En este sentido, es importante hacer hincapié en que cada individuo tiene un mayor desarrollo en uno de los dos hemisferios. Algunos, sin embargo, utilizan todo el cerebro:
Naturalmente, en casi todos los procesos están involucradas ambas partes, y la una no puede funcionar sin la otra y si son un matrimonio bien avenido, producen algo tan maravilloso como es el desarrollo equilibrado de nuestras enormes potencialidades. (Llovet, 1994: 65)
         Quizás resulte obvio sugerir la magnitud de esta aportación en el campo de la educación. De ella se deduce que es necesario utilizar  y estimular el cerebro por completo en la experiencia educativa. El profesor debe emplear en su práctica docente técnicas y estrategias de aprendizaje que conecten los dos hemisferios del cerebro con el objeto de optimar la búsqueda y construcción del conocimiento.

         En 1983, Gardner redefine el concepto de inteligencia y la convierte en un potencial psicobiológico, donde el entorno viene a ser una influencia decisiva para el desarrollo del individuo y para la disposición de resolver problemas y crear productos. Para él la inteligencia no es algo unitario que agrupa varias capacidades, sino que identifica ocho formas distintas de inteligencia. Estas engloban áreas comunes del desarrollo humano, dejando así desbancada la teoría tradicional que medía la inteligencia a través del coeficiente intelectual.